La pandemia no sólo trajo el Covid-19, sino que también sumó otras complicaciones como el deterioro de la salud mental, la incertidumbre, mayores horas de trabajo en algunos sectores, convivir con el trabajo, el colegio y la vida familiar. Al mismo tiempo, surgió una nueva manera de relacionarnos con nuestros seres queridos a través de la tecnología y una profunda crisis económica que ha creado un terreno fértil para empeorar la estabilidad mental.
Ahora bien, se disparan un sin número de preguntas que nos abre la posibilidad de construir un espacio conjunto que permita ir haciendo acciones diversas que nos llevan a resultados diferentes a medida que vamos transitando este proceso tan difícil. Animarnos a respondernos y a responder, a dar respuesta en acciones, a construir juntos un cómo. Animarnos a hacer, esa es la cuestión.
Aparece una gran crisis de confianza, ya que comienzan a sumergir tal vez otros resultados o no se han logrado resolver algunas situaciones como se esperaba. Es allí donde aparece la inconsistencia entre lo que esperábamos que sucediera, con lo que está sucediendo. Esto en ocasiones nos hace perder el foco, la determinación y la claridad. Y, al mismo tiempo, aumenta aún más la incertidumbre, las emociones disfuncionales, afectando directamente los comportamientos y la desconfianza. Ahora bien, ¿qué es lo que está dentro de nuestras posibilidades para buscar un balance en el día a día?
La tecnología nos facilita la existencia, pero también puede llegar a crear una cierta dependencia que hay que procurar racionalizar. Las tablets, los smartphones y otros dispositivos móviles están pensados para que los disfrutemos; no para depender de ellos.
Podemos quedarnos en mirar los problemas o buscar desafiarnos a seguir aprendiendo en esta crisis de la cual estamos todos participando. Generar y aprender una actitud positiva, mantener la calma, no propagar el pánico y ejercer una labor de responsabilidad permaneciendo en casa. Además, de esto no deberemos ahorrar en muestras de apoyo y cariño hacia aquellas personas que sufren aislamiento junto con nosotros.
En caso de convivir con otras personas, es importante realizar actividades en común, aunque es vital mantener nuestro espacio personal y realizar actividades nosotros solos. Para asegurarnos de que tenemos una convivencia sana es conveniente dejar tiempo e intimidad a las otras personas, alternando con momentos de cercanía y cariño.
En el caso de que vivamos solos, debemos intentar mantener el contacto con otras personas. Bien sea mediante el uso de la tecnología o mediante llamadas telefónicas, porque ver el rostro de otra persona puede suponer una mejora significativa en nuestro estado mental.
Hay que tener muy en cuenta que si abandonamos las rutinas y nos dedicamos a cambiar nuestra dinámica diaria empeora nuestra salud mental. No cumplir los horarios y caer en la procrastinación nos puede provocar cambios en el sueño y en los hábitos alimenticios, circunstancias que contribuirán a que el tiempo de aislamiento pueda volverse problemático.
Es importante también disminuir Informativos, redes sociales, periódicos, cadenas de mensajes, en estos momentos nuestros cerebros están saturados de información y no de informaciones positivas precisamente. Por otro lado, la risa es un antídoto contra el miedo y la ansiedad, de manera que ver películas y series divertidas, realizar actividades juntos (que sean un poco locas) y en definitiva enfocar nuestro encierro con cierto humor, hará mentalmente más sano lo que vivimos. Finalmente, si un encierro ya es complicado para nosotros, imaginá cómo lo viven las personas con problemas de salud mental.
En síntesis:
- Evitar la sobre información.
- Mirada apreciativa y recordar que nuestros esfuerzos y sacrificios salvan vidas.
- Establecer horarios para estar conectados con los medios tecnológicos. La desconexión digital es fundamental.
- Mantenerse activos, realizar ejercicios físicos y mentales.
- Planear, en la medida de lo posible, una rutina diaria que incluya conversaciones con otros, sin tecnología de por medio.
- Buscar ayuda de un profesional en caso de necesitarlo, no lo postergue.